132 Hay una elegancia en la Belleza material (cuantitas continua), que es saber llevar bien el cuerpo, saber moverse, la postura corporal; no el saber vestirse, porque esa Belleza es ya de la (cuantitas virtutis).
Dios ha dotado a los animales de elegancia al moverse, ellos actúan por instinto, no son conscientes de lo que hacen, pero tienen en su cerebro las coordenadas para moverse con elegancia. Ese ritmo en el movimiento del ciervo, del tigre, del león, del perro, del delfín, del águila... en realidad todos los animales se mueven bien aunque algunos nos parezcan repugnantes o estúpidos. Dios hace las cosas bien. Otra cosa es que existan deformidades, pero eso ya es consecuencia directa de un tal Adán y una tal Eva. Nosotros, como no actuamos por instinto, podemos ser inelegantes en el modo de movernos o de pararnos en un sitio.


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