179 Supongo que a todos nos resultaría desagradable colgar en nuestro salón o sala de estar, la cabeza disecada de un hombre, aunque fuera una cabeza de una mujer bella... pero no pasa lo mismo cuando colgamos la cabeza de un ciervo, un jabalí o un tigre y lo consideramos decorativo.

¿Por qué pasa esto? pues porque somos de la especie humana, tenemos una psicología especial y al ver un mal en nuestra propia especie nos duele y lo pasamos mal. No podemos ir contra nuestra psicología. Esto es lo que el arte contemporáneo olvida. No obstante, como hay gente para todos los gustos,  habrá hombres a los que les encante tener una cabeza de hombre colgada en su salón, como al destripador de Boston o quizá a los indios caníbales… 









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