Este pasado 18 de enero nos dejó el insigne Jonathan Brown, reconocido Historiador del Arte y la máxima autoridad mundial en la vida y obra de Velázquez. Desde aquí mis condolencias a su familia por tan gran pérdida.
Toda mi veneración para cualquier persona que disfrute y ame la Obra de Velázquez. Jonathan era uno de éstos y le doy todo mi apoyo. Todo lo que sea clarificar su vida y su obra es una labor encomiable.
Dicho esto y sin ánimo de criticar ni denigrar sino de andar en la verdad, tengo que decir que Jonathan tuvo varios tropiezos en las atribuciones de cuadros a Velázquez. Los más sonados son: La Campesina y Retrato de un Hombre del Metropolitan que los atribuyó a Juan de Pareja.
Donde la factura del Maestro brilla en todo su esplendor. No hay posibilidad de duda si sabes cómo pinta Velázquez. ¿Por qué se los atribuyó a Juan de Pareja?
Tampoco atribuyó al Maestro el cuadro recientemente hallado en el Museo de la Universidad de Yale de la Educación de la Virgen, donde se ve un perro y un gato inconfundiblemente de la mano del Genio... además de su primera manera sevillana de pintar.
No quiero ser exhaustivo con los ejemplos, que seguramente serán más. Lo que quiero reflexionar aquí es cómo el máximo especialista en Velázquez comete estos errores...
¿No será porque el Historiador del Arte no es el perito más adecuado para atribuir un cuadro a un pintor? ¿Una persona que en la mayoría de los casos que conozco no ha cogido un pincel en su vida?
Para peritar un cuadro hace falta saber cómo se pinta, cómo se dan las capas de color, cuáles son los recursos estilísticos de un artista, etc. cosas que se le escapan a un Historiador porque se requiere una sensibilidad especial para captarlas y esas sutilezas sólo un PAS (Persona Altamente Sensible), un artista es capaz de percibir.
Para estudiar la vida de un artista no se requieren condiciones especiales. Ahí dejo el campo libre a los Historiadores pues es su genuina labor pero en la atribución de obras ¡cuántas veces se han columpiado!.
Por desgracia esta labor de atribución la han copado los Historiadores del Arte y han ninguneado a los artistas y así nos va.