QUERÉIS DEJAR A REMBRANDT EN PAZ !!!


 

Contemplamos, una vez más, como los historiadores y conservadores del Arte no dejan de meter la pata. Quiero recordaros que los verdaderos peritos, a la hora de atribuir un cuadro a un autor, son los pintores, no los historiadores. La mayoría de los historiadores no han dado una pincelada en su vida y poseen una sensibilidad muy acartonada para poder dilucidar un tipo de pincelada.

Yo pienso que estos tres cuadros son genuinos de Rembrandt. En su autorretrato se ve la pincelada que tenía en esa época como en la Lapidación de San Esteban. En el retrato de su padre tenemos una pincelada más madura y en el retrato de un anciano, la pincelada de su última época y además de su firma !!! . Se corrobora la evolución de su pincelada en los tres cuadros. Déjense de decir tonterías !!! Ya estamos hartos, dedíquense a otra cosa !!! 😡 


















Aquí tenéis sus argumentos supercientíficos, una vergüenza... 


La investigadora Carol Pottasch explicó, en una rueda de prensa en el museo, que el análisis de la madera permite concluir que las obras vienen del taller del artista: “Al contar los anillos del árbol en los bordes de las obras, te das cuenta de que tienen un patrón único, como una huella digital, y eso coincide con obras que son auténticas de Rembrandt”.

Se sabía desde hacía 25 años que “Retrato de Rembrandt con cuello de encaje” no era un verdadero Rembrandt, puesto que en 1999 se encontró un boceto preparatorio bajo la pintura, lo que no es típico de sus obras, y eso permitió descubrir que es una copia de un autoretrato temprano, cuyo original está en el Germanisches Nationalmuseum en Núremberg (Alemania).

Pero el Mauritshuis decidió investigar la obra de nuevo y de paso restaurarla, aunque se mantiene sin respuesta la principal pregunta: ¿quién lo pintó? “Los expertos no están seguros: «Tal vez fue Gerrit Dou, el primer alumno de Rembrandt en Leiden”, dijo hoy el museo.

La pintura “Estudio de un anciano” lleva la firma auténtica de “Rembrandt f” (Rembrandt fecit”, hecho por Rembrandt), pero, subraya la pinacoteca, en el siglo XVII no era raro que un maestro firmara el trabajo de un alumno, puesto que se vendía mejor.

Tras la investigación, los expertos subrayan que la calidad no convence y esta obra parece hecha “con esfuerzo”, como si un alumno tratara de imitar a Rembrandt.

“Los ojos están borrosos, la nariz poco clara. Se ven líneas fuertes en la barbilla, como correcciones hechas mientras se pintaba. Quizás fue Rembrandt mismo corrigiendo el trabajo de su alumno. Conclusión: hecho por alguien del taller de Rembrandt”, señala el Mauritshuis. Esta pintura no ha podido ser restaurada porque es demasiado frágil, incluso para las técnicas más avanzadas.

Las dudas sobre la autoría de “Tronie de un anciano” se mantienen, porque si bien una radiografía mostró que Rembrandt hizo cambios durante el proceso y la madera del panel viene del mismo árbol que usó el pintor en dos de sus obras, “hay cosas que no encajan”, señaló el museo.

“Las pinceladas son algo toscas, los detalles rojos en los ojos no parecen de Rembrandt, falta precisión. Por otro lado, otras partes son de muy buena calidad, como el gorro del anciano que está muy bien pintado. El fondo fue repintado con un tipo de pintura que Rembrandt no usaba en esa época”.










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