146 La contemplación exige nuestra atención. Te transcribo unas palabras clarificadoras de Aristóteles sobre el asunto: "Actividades específicamente distintas producen placeres específicamente distintos, que no pueden experimentarse unidos. Así, el aficionado a la literatura es incapaz de prestar atención a una conversación si está leyendo. De hecho, cuando disfrutamos mucho de algo, no hacemos a la vez otra cosa. Por eso, los que comen golosinas en el teatro lo hacen sobre todo cuando los actores son mediocres." Ética a Nicómaco.  

En nuestros días serían las palomitas en el cine... Aristóteles les echa la culpa a los actores mediocres pero yo pienso más bien que, el que come palomitas, es porque se entera poco de la función. Las palomitas distraen la atención de lo que se está contemplando. Aunque si hay poca sensibilidad, en realidad no se está contemplando nada y por lo menos el elemental sentido del gusto lo calman. 




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